Nació en España, en la provincia de Cervera; fue colegial de san Antonio de Sigüenza y catedrático en el colegio de Durango de esa ciudad. Felipe III lo nombró arzobispo de México el 18 de enero de 1613. (1)
En 1624, por diferencias entre este arzobispo y el virrey marqués de Gelves, estalló un conflicto tan agudo que se cerraron las iglesias, se decretó la suspensión de los oficios religiosos y se arengó tanto al pueblo, que éste apedreó e incendió el palacio obligando al virrey a abandonar su puesto. (2) Como consecuencia, Pérez de la Serna fue enjuiciado y trasladado a ocupar el arzobispado de Zamora en España, donde murió en 1631.
En el fondo se ve el báculo pastoral, rematado con cruz potenzada, cosa poco común; posiblemente porque esa misma cruz aparece en la heráldica del escudo familiar sobre la cortina. El personaje está revestido con capa magna, usada sólo por papas y obispos en las grandes solemnidades, tan larga que se ve encima de un sillón frailero; sobre la capa, el obispo luce el palio, adornado con seis cruces negras, prenda que es concedida por el Sumo Pontífice a los arzobispos.
En 1940 el cuadro se encontraba en el Departamento de Historia del antiguo Museo Nacional, de donde pasó al Museo de Arte Religioso, y en 1970 ingresó al acervo del Museo Nacional del Virreinato.
(1) Jesús Romero Flores, Iconografía colonial, p. 166.
(2) Fernando Benítez, Historia de la ciudad de México, t. III, pp. 14-15.