El evangelio de san Lucas registra este episodio de la vida de Cristo, que tuvo lugar en Jerusalén cuando Jesús tenía doce años. "Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de Pascua... Al terminar los días de la fiesta, mientras ellos regresaban, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo notaran, creyendo que se hallaba en el grupo de los que partían; caminaron todo un día y después se pusieron a buscarlo entre todos sus parientes y conocidos, después de tres días lo hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros de la ley, escuchándolos y preguntándoles a todos, los que oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Al encontrarlo se emocionaron mucho y su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué te has portado así?" (Lucas II, 41-51).
La escena representada sigue los lineamientos que establece el tratadista Pacheco: "Píntese una espaciosa exedra, aula o sala grande, junto al pórtico del templo de Salomón..., un nicho entre columnas con su asiento sobre algunas gradas levantado, en medio; el Niño Jesús muy hermoso, con su cabellera nazarena, túnica inconsútil ceñida y mando, sentado en él,... y al uno y otro lado, seis u ocho doctores sentados con bizarros trajes hebreos que lo tienen en medio, algunos con libros en las manos y todos con semblantes de admiración y espanto; y la Virgen, Nuestra Señora, y san José..., el santo esposo que se vuelve a ella señalando el Niño y ambos con gran alegría". (1)
Esta pintura forma parte de una serie mariana de nueve cuadros, realizados por Juan Rodríguez Juárez para decorar los muros del claustro alto del Patio de los Naranjos, del Colegio Jesuita de Tepotzotlán.
(1) Francisco Pacheco, Arte de la pintura, t. II, p. 270.