Según el Antiguo Testamento, los ángeles fueron creados por Dios y tienen dos misiones especiales: ser sus mensajeros para guiar y ayudar a su pueblo y asistir ante su trono. Se les ha dividido en coros o jerarquías que son, Primera: Serafines, Querubines y Tronos; Segunda: Dominios, Virtudes y Poderes; Tercera: Principados, Arcángeles y Ángeles. Los arcángeles y ángeles son mensajeros que Dios envía a los hombres, y tienen la misión de ser guardianes de inocentes y justos. En esta obra, el ángel sostiene entre sus manos con un paño blanco, una charola dorada en la cual se encuentra depositada la corona de espinas, que es uno de los emblemas de la Pasión y de la Crucifixión de Cristo: "Y los soldados lo llevaron dentro del palacio, es decir, del pretorio, y reúnen a toda la cohorte. Le visten de púrpura y le ponen una corona que tejieron de espinas" (Marcos, XV, 16-17).
(1) George Ferguson, Signos y símbolos en el arte cristiano, p. 136.