La iconografía de esta obra está inspirada en el pasaje bíblico que dice: "Así proseguían su camino andando y hablando entre sí cuando he aquí que un carro de fuego, con caballos también de fuego, separó de repente al uno del otro; y Elías subió al cielo en un torbellino. Estaba Elíseo mirándolo y gritaba: Padre mío, Padre mío: Carro armado de Israel y conductor suyo" (Reyes II, 11-12). En esta pintura los caballos de fuego son sustituidos por tres ángeles que tiran el carro, en el que Elías de pie sostiene con su mano derecha la espada flamígera, su atributo personal, y con la izquierda una palma de victoria (1) que recuerda su triunfo contra el pecado y la muerte. (2) Elíseo de rodillas, recibe con ambas manos el manto que lo designa sucesor. Ambos santos visten el hábito carmelita.
(1) Juan Ferrando Ray, Iconografía de los santos, p. 92.
(2) George Ferguson, Signos y Símbolos en el arte cristiano, p. 40.