Esta prenda es quizá la única que guarda semejanza con la indumentaria prehispánica, aunque en ésta se ha incorporado la lana y el decorado de barbas en la orilla.
Antiguamente las barbas se hacían con papel crepé. La usan las mujeres solamente en el contexto ritual, durante la danza del torito, que aparece simulado con una estructura de varas y cuero; esta danza se baila en la fiesta de ampómantskwa.
La técnica y decoración son semejantes a las usadas por los otomíes; esto, aunado a otras pistas, hace pensar en un antiguo parentesco de los habitantes de Angahuan con aquella etnia.