Una vez que Porfirio Díaz renunció a la presidencia (tras la toma de Ciudad Juárez por la fuerzas maderistas), Francisco l. Madero hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México el 7 de junio de 1911. Acompañado de su esposa, Sara Pérez de Madero (que lo había acompañado y asistido en toda la campaña militar), recorrió el Paseo de la Reforma durante el trayecto hacia la Plaza Mayor, entre el júbilo de los ciudadanos. En esta escena se observa su paso por la construcción que Porfirio Díaz mandó hacer para albergar el Palacio Legislativo y que paradójicamente se convertiría más tarde en el Monumento a la Revolución.
Después del entusiasmo inicial, Madero disolvió el Partido Antirreeleccionista que lo lanzó cuando se opuso a Díaz (por la oposición de algunos de sus miembros a él, en especial los hermanos Vázquez Gómez y sus muchos partidarios) y lo sustituyó por el Partido Constitucional Progresista, que lo postuló candidato como presidente y a José María Pino Suárez como vicepresidente. Esto lo alejó de muchos de sus antiguos seguidores que, incluso, se convirtieron en sus enemigos. A pesar de ello, se realizaron elecciones en las que ganó la Fórmula Madero-Pino Suárez; tomaron posesión de sus cargos el 6 de noviembre de 1911. Para el día 27, el Congreso elevaría la "no reelección" a precepto constitucional.