Entre las primeras acciones de Guadalupe Victoria como primer presidente de México, estuvo la de ordenar el desalojo del contingente español que aún permanecía estacionado en el Fuerte de San Juan de Ulúa. Desde ese sitio se agredía constantemente a la ciudad de Veracruz y se obstaculizaba el funcionamiento del principal puerto comercial del país. La ocupación del fuerte amenazaba la Independencia de México y por ello, después de un bombardeo a la ciudad veracruzana, a mediados de 1825, se decidió iniciar el cerco contra los agresores.
Para evitar que los españoles recibieran agua, alimentos y armas desde Cuba, una flotilla mexicana, al mando de Pedro Sáinz de Baranda, bloqueó todo acceso por vía marina a la fortaleza. El sitio se prolongó por varias semanas, hasta que, el 18 de noviembre de 1825, las fuerzas españolas capitularon. México alcanzó así la soberanía total sobre su territorio.