Retrato al óleo sobre tela de José de Gálvez. Se observa estante con la vista hacia el frente de pie, portando indumentaria de la época se observa una banda color azul con blanco cuyos extremos unidos por una medalla, se observa una medalla con imagen religiosa y la inscripción "Virtus", sostiene con su mano izquierda un documento y una escribanía conteniendo dos tinteros, un porta plumillas y una campana, estos se encuentran sobre una mesa cubierta con un mantel color azul. En segundo plano se observa un sillón rojo y dorado, y un cortinaje que cubre parte de las dos columnas.
José de Gálvez, (1729-1787), Visitador General. Nació en Macharaviaya, prov. de Málaga, M. en Madrid. Abogado de renombre, alcalde de casa y corte y ministro del consejo de indias, fue nombrado visitador general de Nueva España por haber renunciado el primer designado, d. Francisco Carrasco. Venido en 1761, tuvo que esperar a que le llegasen nuevas cédulas que confirmasen la amplitud extraordinaria de sus facultades, a la que se oponía el virrey Montserrat. Su cargo de "Visitador General de todos los Tribunales y Cajas Reales" y de "Intendente de los Ejércitos", lo ejerció de 1765 a 1771. Empezó arreglando los tribunales y empleos, y haciendo las correspondientes destituciones. Aumentó la rentas reales evitando fraudes en la administración y contabilidad, haciendo ahorros y estancando el tabaco. En Puebla fracasó su disposición de numerar las casas. De junio a noviembre de 1767 intervino en la expulsión de los jesuitas, intimando personalmente en el Colegio Máximo la pragmática sanción, y poniéndose al frente de la campaña contra las sublevaciones de población a que dio lugar aquélla. Estuvo así en San Luis de la Paz, San Luis Potosí, Guanajuato y Valladolid y ordenó muchas ejecuciones. De 1763 a 1770 visita la California y Sonora, partiendo de San Blas y habiendo salido (por haber tenido un trastorno mental) por Cuquiarachi, resultado de su visita fue la nueva división política en intendencias y comandancia de provincias internas, el aumento, al triple, de las rentas públicas; la reducción de restricciones al comercio, el Obispado de Sonora y la Academia de Bellas Artes. Vuelto a España, fue Secretario de Estado del Despacho Universal de Indias (1776) y urgió las reformas. Y en 1785 le fue otorgado el título de marqués de Sonora.