El espacio conocido como portería sirvió de umbral al Colegio de Guadalupe y posiblemente se construyó después de 1775, fecha en la que se concluyeron los claustros de la Pasión de Cristo y de San Francisco, ya que entonces era común que el pórtico se alzara con respecto al crecimiento del edificio. En este espacio se encontraba el padre portero, quien tenía un papel muy importante pues era los ojos y oídos del padre guardián.
El portero se encargaba de notificarle qué frailes salían del colegio y qué laicos en ocasiones entraban al mismo; así también le comunicaba sobre los misioneros que por distintas circunstancias tenían que pernoctar en el colegio.
En la portería se encuentra el frontal de un altar neoclásico y las últimas investigaciones han arrojado la hipótesis de que durante la época de la Reforma entre 1856 y 1859, el colegio se fraccionó y una parte menor quedó bajo resguardo de los franciscanos, probablemente en aquella época esta fue una pequeña capilla para el uso exclusivo de los padres. Cabe señalar los franciscanos cedieron al gobierno zacatecano en 1878 la portería, los claustros bajo y alto, así como el coro. El encargado de hacer la planta arquitectónica con dicha división fue el topógrafo Sixto Espinoza