En la colección de orfebrería realizada fundamentalmente en plata sobredorada, se aprecian las principales técnicas, materiales y corrientes estilísticas del periodo virreinal. Además de artesanos diestros, los plateros eran diseñadores de gran talento; muestra de ello son los objetos de carácter religioso como cálices, copones, custodias, relicarios, navetas, cruces procesionales, incensarios, candeleros y, en menor medida, objetos de uso civil como cigarreras, cajitas o tijeras.

Algunas de estas piezas, especialmente de la segunda mitad del siglo XVIII, presentan las marcas del platero ejecutor de la pieza, la del “ensayador mayor”, quien comprobaba la buena ley del metal; la marca “del quinto real”, que garantizaba el impuesto correspondiente a la quinta parte del valor de la pieza y la marca de la ciudad.