David Manzanares aborda en la exposición Anatomía del Origen la dualidad desde el principio masculino-femenino, madre y padre como generadores de vida, haciendo resaltar la idea cultural de lo femenino, a través de las imágenes de Coatlicue, la de la falda de serpientes, la madre de todo lo existente, que lleva la vida a través de la propia muerte; y Coyolxauhqui, la luna, que representa el valor femenino de la noche, y que a su vez es el complemento de nuestro padre el Sol.
Por su parte, la obra de Víctor López conceptualiza la dualidad tomando la idea recurrente del pensamiento mesoamericano de “vida-muerte” Por medio de la construcción de un altar de calaveras o “tzompantli”.