En esta sala se exhiben de forma permanente los complementos económicos del campesinado. Este sector, al no ser autosuficiente, recurre a otras actividades temporales para su sostenimiento, tales como la pesca, la recolección y los trabajos artesanales.
La tierra que cultiva el campesino mexicano está expuesta no solo a los cambios de la naturaleza, sino también a los constantes endeudamientos llegados a través de préstamos, tecnología y mercado. En estas circunstancias, el sostenimiento económico de una familia campesina se torna difícil, ya que el valor monetario de la producción no suele ser suficiente para satisfacer las necesidades primarias y cubrir las deudas que el campesino ha contraído a lo largo del ciclo agrícola. Ante esta situación, el hombre de campo se ve obligado a realizar otras labores sugeridas por las condiciones geográficas del lugar, con la finalidad de completar su economía familiar, sin descuidar, desde luego, los trabajos del agro.