El nombre de Olintepec (“Cerro de temblores”) revela la importancia que este asentamiento tuvo en la organización de los grupos que habitaron Morelos. Se refiere a un altépetl (“Cerro del agua”), es decir, a un señorío gobernado por un tlatoani que tenía varios pueblos sujetos a él, quienes le pagaban tributo.
Asimismo, al igual que los otros pueblos mesoamericanos, Olintepec deriva del nombre de su dios patrono, del cual por ahora sólo se puede especular. El glifo de este poblado aparece en el Códice Mendocino del siglo XVI. Es el glifo Movimiento, pintado en color café y colocado encima de un cerro. El sol es una deidad en movimiento; no obstante, debido al color café del glifo, es más probable que sea una deidad femenina, específicamente una diosa terrestre, ya que la tierra también se mueve, tiembla. De tal manera, es probable que se trate de una advocación de la diosa Cihuacóatl, cuyo santuario debe estar en la cima del cerro Olinche, al este. Esto remite claramente al templo del dios Tepoztécatl, en el vecino Tepoztlán. Por ende, el nombre de Olinche puede ser una deformación de Olintzin (el “zin” es considerado un reverencial); de ahí que se leería “La Señora Temblor”.