El Jardín Etnobotánico representa parte de la riqueza del patrimonio cultural y biológico de México, especialmente en lo que toca a la medicina tradicional y la herbolaria a través de la historia. Ha sido un espacio dedicado a la investigación, conservación, difusión e intercambio de los saberes tradicionales y científicos.
Este lugar es resultado de proyectos de investigación que tienen relación con curanderos, yerberos, parteras, campesinos, agricultores, amas de casa, recolectores y vendedores de plantas medicinales. Exhibe la Colección Nacional de plantas medicinales, orquídeas, xerofitas, especies de Selva Baja Caducifolia, plantas que son condimentos o comestibles y ornamentales; nativas e introducidas.
Cuenta con personal especializado en sus distintas áreas: el Museo de Medicina Tradicional, las colecciones vivas, el área de propagación, la colección de semillas, el herbario, la biblioteca, el foro cultural Wanda Tomassi y el área de difusión, comunicación y educación.
Las actividades que se realizan para su desarrollo son entrevistas con los actores sociales que participan en la medicina tradicional y la herbolaria, colecta de especies silvestres, registro y documentación, identificación taxonómica, mantenimiento, conservación, difusión y educación ambiental. En los programas de difusión el personal participa en eventos académicos nacionales e internacionales, organiza cursos, talleres, conferencias y caminatas botánicas con curanderos, estudiantes y público en general.
El Jardín es un espacio fundamental para la conservación de especies en riesgo y en peligro de extinción y el desarrollo de la investigación científica en etnobotánica, química, farmacología, biotecnología, historia y etnohistoria. Por otra parte, en el Instituto Nacional de Antropología es el único museo vivo que representa la riqueza del patrimonio biocultural relacionado con la salud-enfermedad a través del conocimiento tradicional y al uso de las plantas que se conservan de generación en generación.
Actualmente se conoce como la Casa de Maximiliano, la casa de campo El Olindo que erigió Maximiliano de Habsburgo, construcción histórica que permite visualizar diversos aspectos del México antiguo, actual y futuro, en el campo del patrimonio cultural intangible y tangible, que se ha modificado a través del tiempo. El espacio es un lugar mágico rodeado de plantas majestuosas, tortugas, peces y el cantar de los pájaros; el maravilloso clima, un buen lugar para pasear, leer y descansar; es realmente especial para los amantes de la naturaleza y la cultura.
Durante el recorrido es posible conocer las plantas medicinales en los variados tipos de vegetación, ya sea natural o perturbada, introducida, como maleza en distintos cultivos, propios del país, en huertos familiares y jardines, en los mercados y tianguis, en tiendas naturistas, supermercados y ocasionalmente en farmacias.
Entre las labores que el Jardín realiza es preciso destacar la planta del mes, las caminatas botánicas, las actividades con las parteras y curanderos para conocer sus recursos y terapias, principalmente aquellos relacionados con las plantas curativas y la medicina tradicional; los antecedentes históricos de la herbolaria terapéutica, su desarrollo e importancia actual; la elaboración de jarabes, ungüentos, pomadas, tinturas, jabones y microdosis; la importancia de los huertos familiares, la propagación y cultivo de plantas medicinales, la elaboración de mini-herbarios, las plantas comestibles; los animales y minerales. En las maniobras fisioterapéuticas se realizan masajes y manteadas, determinados ejercicios y la aplicación del baño de temazcal, ventosas y limpias, así como remedios contra el empacho, los aires, chincual (rozaduras de los bebés), hemorragias, problemas de vías respiratorias, circulatorios, de la boca, la piel y digestivos. Los recursos terapéuticos empleados por los curanderos dependen de las condiciones de salud, los saberes o la disponibilidad de los recursos terapéuticos y económicos.
