Los edificios representaban y cumplían funciones mixtas que aseguraban el control político y económico de la comunidad por parte de la élite.
En Xpuhil, los inmuebles se concentran en grupos delimitados por patios abiertos y cerrados y, en su interior, los aposentos arrojan evidencias de haber estado abovedados y dotados con banquetas a diferentes niveles. En ocasiones, el vano central de la fachada estuvo enmarcado por cascadas de mascarones serpentinos.
La ausencia plenamente definida de un área nuclear en Xpuhil, combinada con la presencia de varios agrupamientos de estructuras, sugiere el control de la comunidad por múltiples casas nobles locales, como fue ya sugerido, que respondían a las autoridades del vecino sitio de Río Bec. Seguramente esta situación fue análoga en otros asentamientos de la región que nos ocupa, siempre bajo el mando de Becán.
La distribución en Xpuhil de los montículos mayores, cuyas concentraciones tienen un número restringido de edificios, se extiende sobre una superficie de por lo menos 24 km2, acorde con las varias decenas de kilómetros cuadrados del sitio Río Bec. Prácticamente en cada grupo destaca la presencia de una estructura con cualidades sobresalientes, que pudieron desempeñar funciones mixtas, es decir, como residencia de la élite y al mismo tiempo para propósitos públicos, fueran estos de índole política-administrativa o religiosa. Posteriormente, el panorama cambia radicalmente al desintegrarse la cohesión de toda la región.
El patrimonio cultural que en la actualidad subsiste en torno a la capital del municipio de Calakmul representa una excelente oportunidad para tomar conciencia de su valor histórico-cultural y asumir un compromiso compartido de respeto y protección entre el INAH y la población en general, que día a día convive con un legado que nuestros antepasados mayas desarrollaron en el sur de Campeche.