La presencia de grandes mascarones del monstruo de la tierra o Itzamná, el dios creador de los mayas, se encuentra en las fachadas profusamente decoradas con volutas y adornos que casi no dejan espacios vacíos. Los mascarones en las fachadas son de influencia norteña, concretamente de los Chenes, región con la que interactuaba estrechamente.
La decoración mencionada puede ser de tres tipos: portadas zoomorfas parciales, integrales o en cascada, estas últimas flanqueando los accesos principales. Por ejemplo, en los Inmuebles IV y X aún hay claras huellas de estos mascarones en mosaico de piedra, con las representaciones simbólicas de viento, vida y germinación, así como la dualidad de la vida y la muerte. Las orejeras portan tres elementos, siendo el central aquel con el que se sujetaba la porción superior en forma de hoja de maíz naciente, en tanto que el elemento inferior manifiesta un pequeño hueso.
La Estructura X, además, está dotada de complejos palaciegos en sus extremos, que servían de residencia a los personajes más importantes de la antigua ciudad. Por cierto, en uno de ellos encontramos una etapa constructiva más antigua que conserva un mascarón modelado en estuco y pintado en colores rojo y negro principalmente, representando a un alto funcionario y su estancia en el más allá.
También hallamos, entre otras, el par de estructuras paralelas que conforman el Juego de Pelota, donde lo que se ponía en juego era la vida y la muerte, así como entrar en comunicación con el inframundo. Por su parte, un túnel de 66 metros de longitud permite la comunicación entre dos grupos arquitectónicos, el cual, quizás, sea testigo de procesiones y ceremonias encabezadas por los sacerdotes más destacados de Becán.
La antigua ciudad maya de Becán posee una gran cantidad de edificios y elementos de gran valor cultural particularmente representativos del área sur de Campeche conocida como región Río Bec. Es el sitio arqueológico más sobresaliente de esta área que nos legaron nuestros antepasados, para deleite de propios y extraños, a través del respeto del patrimonio edificado que conlleve a su protección y conservación.