De las seis canchas documentadas en el polígono de Monte Albán -el cual abarca los tres cerros de Atzompa, Monte Albán y el Gallo-, la de Atzompa es la más grande; tiene casi 45 m de largo por 22 m de ancho, su orientación es norte-sur y desde una perspectiva aérea presenta la característica forma de I latina. En las esquinas noreste y suroeste existen nichos en los que posiblemente colocaron esculturas de los dioses a quienes dedicaban las contiendas. Este juego de pelota es un espacio ritual aparentemente público, dado que las canchas más pequeñas de este sitio sugieren un uso privado.
Juego de Pelota
El juego de pelota prehispánico fue uno de los elementos más significativos en la estructura urbana de los pueblos mesoamericanos. Relacionado directamente con el poder político y religioso, se practicaba con una pelota de hule que se golpeaba con distintas partes del cuerpo, excepto las manos.