Plataforma Norte
Este conjunto limita la Gran Plaza hacia el norte. Se trata de un basamento de enormes dimensiones compuesto por dos cuerpos. Alberga diversos complejos arquitectónicos dedicados a actividades ceremoniales.
Patio Hundido
Es una herencia de la arquitectura teotihuacana, pero con dimensiones y características propias. Es lo más representativo de la época III, ya que significó vaciar un espacio a fin de crear una plaza colectiva para los diferentes templos de alrededor; de hecho, se diseñó para complementar las funciones ceremoniales de dichos templos. El patio hundido mide 50 m de lado y 3 m de desnivel; tiene una planta cuadrada con escalinatas en sus cuatro lados y dos basamentos al este y oeste. En su centro se levanta un adoratorio de planta cuadrada con escalinatas al norte y al este. A principios de los años treinta del siglo XX, Alfonso Caso exploró este patio y encontró un desagüe, una serie de subterráneos, la Estela 10 y un adoratorio con ofrenda.
Juego de Pelota
El juego de pelota era una práctica ritual común en los pueblos precolombinos mesoamericanos. Se llevaba a cabo en la vida cotidiana y en las celebraciones religiosas; cumplía la función de resolver conflictos de diversa naturaleza: pleitos por tierras, tributo, controles comerciales y otros. Este Juego de Pelota fue construido aproximadamente 100 años a.C. y explorado en los años de 1933 a 1935 por la dirección de Alfonso Caso y su equipo. En Monte Albán se construyeron cinco canchas de juego de pelota, lo que confirma su importancia a nivel regional. Su forma es típica de los juegos de pelota, es decir, una cancha con planta de doble T. La sección larga está orientada aproximadamente norte-sur, delimitada por taludes que forman, en los extremos norte y sur, las secciones cortas o cabezales, orientadas este-oeste. La cancha está hundida en relación con el resto del edificio, por lo que tiene escalinata de acceso y mide 26 m de largo por 5 m de ancho; en la sección central, al nivel de la cancha, se ubica un círculo de piedra interpretado como marcador; en los ángulos noreste y sudeste de los patios transversales se encuentran nichos rectangulares cuya función se desconoce.
Residencia de la Tumba 103
A diferencia de otras residencias de esta ciudad, que alojan tumbas en su interior, ésta contiene por lo menos cuatro (números 110, 112, 103 y otra s/n), lo cual le otorga el carácter de cripta familiar. La tumba principal tiene pintura mural policroma y su entrada está orientada al poniente. Este complejo habitacional cuenta con accesos, orientado cada uno hacia los puntos cardinales, además de un sistema de cuartos con sus propios patios. Está rodeada por otros enterramientos de menores dimensiones, lo que la hace una verdadera necrópolis de los años 500 a 800.
Residencia de la Tumba 104
Este importante sepulcro se ubica hacia la esquina de la Plataforma Norte, bajo el patio poniente del edificio que limita hacia este punto. Su fachada se ornamentó con un motivo de doble escapulario (combina las líneas verticales y horizontales en dos paneles sobrepuestos en forma de molduras, elemento que en la región oaxaqueña se ha denominado tablero tipo doble escapulario). En la parte central de la tumba, en un nicho, se colocó una urna de Cocijo, dios de la lluvia y el trueno, sentado en un trono de cabeza de jaguar.
Archivo del proyecto "La pintura mural prehispánica en México", IIE-UNAM / Pedro Ángeles y Ernesto Peñaloza, 1999. Ensamble digital: Ricardo Alvarado
Mural de la Tumba 104, desplegado
La decoración de la cámara presenta, a la izquierda (pared sur) una figura masculina anciana que sostiene una bolsa con copal o granos de maíz, y encima del nicho se pintó una caja de ofrendas sobre la que se posa un ave con un grano de maíz en el pico. Le sigue un cartucho compuesto por dos fechas: “2 Serpiente” y “5 Serpiente”; bajo esta inscripción existe otra caja de ofrendas. Al fondo de la tumba (lado oeste), una cara humana surge de las “fauces del cielo” con la inscripción “5 Turquesa”; se piensa que esta representación corresponde a un antecesor del linaje del muerto. En la pared derecha (norte), otra figura masculina sostiene también una bolsa con copal o granos de maíz, pero sobre el nicho hay un “corazón de sacrificio” y, arriba, el glifo “1 Relámpago”. Cerca de la pared del fondo se leen las fechas o nombres calendáricos “5 Búho” y “5 Relámpago”, que podrían referirse a antecesores del difunto.
Residencia de la Tumba 105
La asociación con otras construcciones, entre ellas el Juego de Pelota Chico y unidades habitacionales menores, sugiere áreas o sectores determinados dentro de la ciudad, agrupados quizá a manera de barrios de élites. Este palacio se encuentra dentro del sector noreste del sitio, fue construido entre los años 500 a 800 y es uno de los más grandes y lujosos de la ciudad. La tumba es, sin duda, una de las construcciones funerarias más notables en Monte Albán, no sólo porque sus muros pintados están bien conservado, sino por sus elaborados diseños.
Archivo del proyecto "La pintura mural prehispánica en México", IIE-UNAM / Pedro Ángeles y Ernesto Peñaloza, 1999. Ensamble digital: Ricardo Alvarado
Mural de la Tumba 105, desplegado
Tiene representaciones de los dioses de la lluvia y el maíz, muchas de ellas con la voluta que indica que hablan o cantan. Algunos muestran el rostro convencional de los viejos, con la barba muy desarrollada, y exhiben multitud de atributos en los tocados, formados por máscaras, plumas y jeroglíficos, que indican probablemente sus nombres. La pintura de un dibujo, mucho más correcto que el de la Tumba 104, tiene un tinte general rojizo, más acentuado en los cuerpos de las figuras. En los vestidos y en las fajas se emplearon los colores azul, amarillo, verde, rosa y negro.
Edificio A
Estructura de planta rectangular integrada por cuatro cuerpos escalonados. El primer muro corresponde al desplante del basamento y se compone de muros verticales decorados con tableros tipo doble escapulario. La fachada principal está orientada hacia el oeste, cuenta con una escalinata monumental delimitada por alfardas anchas e interrumpidas por un descanso, de donde se desplantan muros verticales. La fachada posterior colinda con el lado este de la Plataforma Norte, donde, en el arranque del primer cuerpo, se localiza una estrecha entrecalle que a su vez contiene una banqueta adosada a los tableros. El resto de los costados está formado por muros en talud hechos con piedra irregular tipo núcleo, y la mayoría están reconstruidos.
Edificio II
Estructura de la última etapa constructiva que presenta una planta en forma de T y consta de dos cuerpos escalonados con muros de mampostería. La fachada principal está antecedida por una banqueta orientada hacia el poniente, y cuenta con una escalinata delimitada por alfardas decoradas con tableros tipo escapulario. Debajo del nivel de la cima del basamento se conserva la subestructura de un templo de planta rectangular, desplantado sobre una pequeña plataforma, que aún conserva siete pilastras. En el costado sur está la entrada a una escalinata de caracol, la cual penetra al interior de la estructura comunicando la parte baja con la cima del basamento.
Edificio Dos Puertas
Forma parte del conjunto Vértice Geodésico. Su planta en la parte alta es atípica de Monte Albán, ya que tiene dos accesos: uno al sur flanqueado por columnas de las que sólo queda una, y el otro al norte, más angosto, que comunica con un pequeño patio. Tiene una función aparente de transición entre el área del patio hundido y el conjunto del Vértice Geodésico. Está asentado sobre dos plataformas, la más baja con una escalinata delimitada por alfardas en talud y tableros decorados; la segunda, más pequeña, también presenta alfardas. Las exploraciones anteriores dejaron expuesto un túnel de 6 m de profundidad y 9 m de largo. En la parte exterior poniente hay un muro en talud que repite la forma del que se encuentra en el interior, pero sin tablero, y junto con la parte posterior del Edificio I Romano forman un patio abierto al poniente.
Edificio X
Es de planta rectangular en forma de T y tiene una amplia escalinata en la parte central, sin alfardas, que corre a todo lo largo de la fachada. Conserva restos de un aposento también de planta rectangular, con acceso estrecho y sin columnas. En la parte superior se desplanta el templo, dividido en dos espacios arquitectónicos bien definidos: un gran vestíbulo delimitado por dos columnas y el templo propiamente dicho más arriba (lo supera por 15 cm).