Se localiza al noroeste de El Cacarizo, a 30 minutos caminando sobre el cauce principal del arroyo de San Pablo, donde confluye con la cañada de San Julio. El panel de este lugar se parece un poco a uno de los de la Cueva de las Flechas y su dinamismo y balance destacan la relación armoniosa del conjunto.
Se compone casi por figuras zoomorfas, que transmiten la sensación de movimiento mediante la posición de las extremidades anteriores y posteriores, la inclinación de la cabeza y el ángulo del eje del cuerpo respecto a la horizontal. La cacería es tema frecuente en el arte rupestre. Se cree que el pintar estas escenas, aunado a ciertos rituales chamánicos, aseguraban la buena caza.