Durante su corta participación en la Guerra de Independencia, Javier Mina adoptó el grado de general del Ejército Auxiliador de la República Mexicana. Después de causar severas derrotas a las fuerzas gubernamentales en un periodo de seis meses, fue finalmente capturado en el rancho El Venadito, el 27 de octubre de 1817.
Este joven liberal español, solidario con la causa de la Independencia, fue encadenado y conducido al fuerte Los Remedios, donde se le juzgó y fusiló vendado de los ojos y de espaldas al pelotón, como se ajusticiaba a quienes se consideraban traidores al rey. Una muestra del rencor con que lo miraban los realistas se manifiesta claramente en que el virrey de aquella época, Juan Ruiz de Apodaca, fue nombrado conde de El Venadito por el rey de España, como premio por la captura de Mina.