Piece
Pentecostés
Torres, Antonio de
1719
Óleo sobre tela
Este pasaje no es común encontrarlo en los ciclos de la vida de la Virgen María, lo que vuelve más peculiar esta serie. El Espíritu Santo desciende a sus apóstoles, quienes en presencia de la Virgen María, reciben el don de hablar todas las lenguas necesarias para evangelizar. El lienzo alude a un relato en los Hechos de los Apóstoles, en el cual, después de la Pascua de Resurrección de Cristo se narra lo siguiente: “Estando todos los apóstoles juntos en un lugar aparecieron como divididas lenguas de fuego, que posaron sobre cada uno de ellos quedando todos llenos del Espíritu Santo; y comenzaron a hablar en lenguas extranjeras”. Así, se cumplió la misión de los apóstoles que fortalecidos en el Espíritu Santo salieron a predicar en diferentes lenguas la palabra de Dios. El Espíritu Santo irradia luz y deja caer sobre la cabeza de cada apóstol una lengua de fuego.