Piece
Virrey Luis de Velasco hijo
1585
México
Pintura de caballete
Tela, Pigmento al óleo

Óleo sobre tela


Height: 100.3 cm
Width: 76.2 cm

Virrey Luis de Velasco hijo
INAH-Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec

Retrato de Luis de Velasco hijo, octavo virrey, de medio cuerpo de tres cuartos hacia la derecha, barbado, con lentes, sombrero negro cilíndrico de ala corta, gorguera encañonada y capa plisada negra con la Cruz de Santiago bordada en rojo. Sobre la cartela se asoman 4 dedos de su mano derecha. En la parte superior derecha se encuentra un escudo de armas con un águila coronada detrás.

El 19 de julio de 1589 extendió Felipe II una real cédula en que a la vez que ordenaba al marqués de Villamanrique entregar el mando a don Luis de Velasco, hijo del benemérito II virrey de Nueva España. Don Luis de Velasco llegó por primera vez a México a la edad de once años, cuando su padre, el primer Luis de Velasco fue designado virrey de la Nueva España en 1550. Permaneció en esta capital aun después de la muerte de su progenitor, llegando a desempeñar los cargos de Regidor del Ayuntamiento y Corregidor en Zempoala, así como de alcalde del ayuntamiento de la Ciudad de México, este último cargo en tiempos del virrey Manrique, con quien tuvo ciertas desavenencias, por lo que marchó a España en 1585. Estando en la península Felipe II le encomienda una importante misión en la embajada de Florencia, concluida la cual regresó a la corte para ser nombrado nuevo virrey en México. Su primera empresa se abocó a desarrollar la industria de hilados y tejidos de lana, que el virrey don Antonio de Mendoza había establecido en México, pero que desde hacía años estaba paralizada por las intrigas de algunos comerciantes. Un importante logro del virrey Velasco, en los primeros años de su gobierno, fue la sumisión definitiva de las tribus chichimecas que asolaban el norte del país; gracias a lo cual aumentó la prosperidad en la colonia. Asimismo, fue este virrey quien aprobó el plan de conquista y colonización de Nuevo México, que durante muchos años fue causa de controversias, designando para aquella empresa a Juan de Oñate, criollo de Zacatecas, quien en 1598 conquistaría esa región. Don Luis de Velasco hijo, se propuso durante su administración embellecer la ciudad de México, entre otras obras a él se debe la creación de la Alameda, lugar de extraordinaria belleza que servía de paseo a los vecinos de la capital. Su nombre le viene por haberse plantado allí, al principio de su establecimiento, gran cantidad de álamos. Por otra parte, durante el gobierno del octavo virrey, se trabajó arduamente en la Fortaleza de San Juan de Ulúa, se fundó el Colegio de San Lázaro, se abrieron nuevas minas en San Luis Potosí. Pero la más sobresaliente fue su decidida preocupación por los indígenas, a quienes defendió de los abusos e incitó para que aprendieran oficios y así pudieran vivir más dignamente. En general, los primeros cinco años de su mandato (pues luego regresaría a la Nueva España a ocupar el mismo cargo) transcurrieron en paz y se logró un gran desarrollo en todos los campos, una vez que hubo reorganizado los negocios judiciales en la Audiencia de México y cimentado el Tribunal del Consulado. Tanta fue la confianza que le tuvo el rey de España que lo comisionó como visitador de la Audiencia de Filipinas, que habría de suprimirse; poco después fue designado nuevo virrey de Perú, hacia donde partió en 1595.

D; Luis de Belasco ijo de el Primero, Bir-rei, 8, y Capitan General año 1585

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