Ovalle colmó de personajes esta escena, distribuyó a los apóstoles a la derecha de Cristo y a su izquierda se encuentran Judas y el séquito que lo acompañó para aprehender a Jesucristo. Judas se acercó a su Maestro para darle el beso de  paz, tras acordar con los sacerdotes del Sanedrín que al que besara, sería a quien debían apresar. Cabe destacar algunos de los rostros coléricos  y deformes de los personajes que aprehendieron a Cristo. Los once apóstoles, encabezados por san Pedro, que está por desenfundar una espada, acompañan a Jesús para enfrentar al ejército. A la derecha del espectador se observa a un caballo caído, encadenado y sobre él dos hombres desfallecidos que parecen siameses, quizá simbolicen la caída del demonio al aceptar Jesús sacrificarse por la humanidad.