San Francisco nació en 1182 en la ciudad de Asís, en el seno de una familia de comerciantes, su padre fue Pedro Bernardone y su madre la conocemos por el nombre de Pica. El pasaje que aquí se muestra debe provenir de leyendas surgidas en torno a su vida a partir del siglo XV. Se decía que la madre del niño Francisco comenzó a sentir agudos dolores de parto; sin poder dar a luz no encontraba remedio que le aliviase los intensos malestares. Llamó entonces a la puerta un extraño personaje vestido como peregrino quien le dijo a la sirvienta que debía llevar a la mujer a un establo para que ahí naciera su hijo. 

Sobre la mesa se observa un recipiente de cerámica azul que dice manteca, grasa utilizada por las parteras para untarla en el vientre de la madre y facilitar el momento del alumbramiento. Así también, con una segunda escena en el mismo lienzo el pintor procuró enfatizar el momento del nacimiento del niño en el establo.