Entre 1862 y 1867, México sufrió la incursión de tropas de Francia, los conservadores mexicanos y Napoleón III intentaron apoderarse del control político del país a través de Maximiliano de Habsburgo. Los liberales, dirigidos por Benito Juárez, enfrentaron a dichos invasores y a los conservadores. “En ese periodo, las mujeres se involucraron en los acontecimientos políticos y militares a pesar de su condición limitada y sujeta a los varones; hubo féminas —sobre todo de la clase baja— que participaron en la defensa de la nación, como correo, espías o soldaderas; mientras que las de alto rango lo hicieron de un modo más restringido por su origen y posición social”.
Para la élite, la mujer era la esposa, la madre y el sostén emocional de los hombres, apenas sabían leer y escribir, y sus intereses giraban en torno a la lectura de libros piadosos, el bordado y la moda. En cambio, la de clase baja trabajaba en su casa o en las calles, a fin de ganar unos cuantos pesos que repartían en el cuidado de sus hijos, la preparación de alimentos y la atención del marido.