La guerra de intervención de Napoleón III de Francia contra Mexico pretendió consolidar una posición estratégica de su imperio en expansión en América. El pretexto fue la decisión del presidente Benito Juárez, en 1861, de posponer el pago de la deuda externa. El ejército francés, el más poderoso del mundo, inició la guerra apoyado por los conservadores mexicanos y la Iglesia, quienes pretendieron instaurar un imperio encabezado por Maximiliano de Habsburgo.
La primera gran batalla en que se enfrentaron los ejércitos de México y Francia tuvo lugar en Puebla, el 5 de mayo de 1862. El general Ignacio Zaragoza condujo a sus hombres con una estrategia genial, astuta e inesperada. En los Fuertes de Loreto y Guadalupe derrotó al ejército de Napoleón III por primera vez.
El triunfo en la Batalla del 5 de mayo mostró a los mexicanos que era posible ganar la guerra. Siguieron cinco años de combates, pero finalmente se impulsó la República sobre Napoleón III y el Imperio de Maximiliano en junio 1867.
A 150 años, la Batalla de Puebla está en la memoria de los mexicanos.