La madrugada del 9 de marzo de 1916, una fuerza de 573 hombres, al mando del general Francisco Villa, atacó el pueblo de Columbus, Nuevo México, Estados Unidos, a unos cientos de metros de la fontera. Luego de incendiar el centro del pueblo, saquear una tienda y matar a 17 militares y 10 civiles estadounidenses, los villistas tuvieron 73 bajas, les fueron capturados 7, y se llevarón un botín de caballos, armas y mercancías. La reacción de Estados Unidos no se hizo esperar, el presidente Woodrow Wilson envió a México un contingente encabezado por el general John J. Pershing para perseguir a Villa y a sus tropas.