Este cajete trípode de cuerpo curvo convergente, pese a haber sido recuperado en el recinto de Tula, proviene de la actual Costa Rica o Nicaragua, lo cual habla de la conexión económico e ideológica que ejercieron los toltecas en las lejanas tierras centroamericanas. La decoración del cajete es notable, pues sobre el engobe se aplicó una serie de pintura que dio vida a diversos elementos geométricos, tanto en el cuerpo de la pieza como en sus soportes. Destaca la aparición de grecas escalonadas, líneas paralelas y cabezas estilizadas de guacamayas o papagayos.