Piece
La Divina Pastora
Anónimo
Cuenta la tradición que un monje capuchino, en sueños, vio una imagen que reconoció como la Divina Pastora, entonces pidió al pintor Miguel Alonso de Tovar que la plasmara en un lienzo tal como la había visto en sus revelaciones. Desde entonces la devoción se popularizó en la región de Sevilla, y posteriormente en 1736 fue llevada a Venezuela, en donde hasta la actualidad sigue siendo venerada.