Durante la primera temporada de excavaciones del Proyecto Templo Mayor (1978-1982) se localizaron tres imágenes bellamente talladas en piedra de andesita, las cuales representan caracoles marinos del género Strombus.

En el mundo mesoamericano, los caracoles marinos tuvieron una gran importancia como alimento, como materia prima para la elaboración de bellos y delicados objetos, como instrumentos musicales (particularmente el Strombus, utilizado para fabricar trompetas) y también como símbolos religiosos de la fertilidad y la vida, ya que se les equiparaba con el vientre materno.