Un alhajero es una pieza de lujo que sólo las mujeres ricas podían tener. Al parecer, en un principio se trataba de cajas para guardar documentos importantes o cartas, pero con el tiempo se convirtieron en estuches finamente fabricados para guardar con delicadeza las joyas y algunas veces se les integraba un espejo.
Este alhajero está hecho de madera con una técnica llamada taracea, que consiste en incrustar piezas cortadas de otra madera o material (concha nácar, marfil, metales, etcétera), para realizar diseños decorativos haciendo un efecto de contraste entre el color de la caja y el material incrustado.