Escultura del dios de fuego huichol, elaborada en barro. A esta figura se le conoce, entre la comunidad huichol, como: Nuestro Abuelo, Tatewari.

Según la mitología huichol, el elemento ígneo apareció como una lluvia de chispas, por ello, tuvo que ser confinado a una fogata: "Xurawe Tamai (el joven estrella), se paró sobre un peñón, apuntó bien y disparó su flecha, la cual cayó sobre sobre Tatewari y lo tumbó. Rodó cuesta abajo, donde piedras azules y rojas estaban regadas. Fue levantado por los venados del Sur y del Norte, lo nombraron su abuelo y lo colocaron en sillas de madera de huizache, de upa y de ocote. Lo dejaron descansar y él brilló. En la noche, brilló con tal resplandor, que todos los Kakauyarite presentes, podían mirarse mutuamente y reconocerse".