La muestra estuvo conformada por 20 fotografías procedentes de la fotodocumentalista Lizeth Arauz. El objetivo de la exposición fue presentar fotografías de personas de corta estatura que se desenvuelven en el mundo del espectáculo, como toreros, cantantes, bailarines, imitadores, luchadores y strippers. La sede de esta exposición fue el Museo de la Fotografía de la Fototeca Nacional.

El proyecto se llama Mirar hacia arriba porque engloba varios aspectos: primero, la actitud física que tienen dichas personas mirando a sus interlocutores hacia arriba, y también es una manera de dignificarlas y valorar su esfuerzo al desenvolverse en espacios diseñados para humanos de estatura convencional.