Sala / Tema
Las culturas prehispánicas de Quintana Roo
Las antiguas ciudades mayas del actual Quintana Roo permanecieron resguardadas por la selva mientras la exploración arqueológica se concentraba en otras regiones. A partir de la década de 1970 la presencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia y el creciente interés de los arqueólogos, así como la construcción de caminos, la creación de poblados y el desarrollo de tecnologías, facilitaron el registro de sitios mayas.
El aprovechamiento del medio ambiente
Los mayas construyeron su concepción del mundo y de la vida a partir de su entorno. Al igual que los primeros pobladores de Quintana Roo, encontraron en el mar una rica fuente de alimentos y materias primas. También descubrieron en él una extraordinaria vía de comunicación, que les permitió llegar a los confines de la península de Yucatán, Centroamérica y, quizá, a zonas más lejanas del Golfo de México.
Los primeros grandes asentamientos en Quintana Roo
Los primeros habitantes del actual Quintana Roo se instalaron en pequeños campamentos que levantaban para buscar alimentos. Diestros en la fabricación y uso de herramientas de piedra, se mantenían, principalmente, de proteínas de origen animal, plantas silvestres, raíces, bayas y tubérculos. La caza, pesca y recolección les permitió familiarizarse con los ciclos vitales de plantas y animales y domesticarlos. En el segundo milenio a.C. ya se cultivaba maíz, cereal que se convertiría en la base de la alimentación de la región, al igual que de toda Mesoamérica.
La consolidación del poderío maya
Después de 300 a.C. los grupos gobernantes mayas fueron conformando casas dinásticas. El poder de los reyes se justificaba con su pertenencia a una familia, iniciada por personajes de origen divino en tiempos remotos. Cada una de las dinastías expandió su dominio a través de guerras y alianzas con las de otras ciudades. Los hechos bélicos, diplomáticos y rituales fueron plasmados sobre estelas, monumentos y edificios. Gracias al desciframiento de la escritura maya, hoy conocemos la vida y hazañas de los antiguos reyes.
El esplendor de las ciudades
Las ciudades mayas se construyeron en terrenos altos con buenos drenajes, rodeados de suelos fértiles y fuentes de agua. Su diseño, vinculado con el orden social y las ideas sobre el universo, consideraba cada aspecto del paisaje urbano como un símbolo cosmológico. Los elementos de la urbe ‒plazas, estelas y templos‒ reproducían el paisaje sagrado primigenio ‒selva, montaña y cueva‒. Los campesinos de los alrededores replicaban a su modo este esquema del universo en los cerros de la selva, cuevas y cenotes.
La casa maya
Los templos y palacios mayas estaban rodeados por grandes extensiones de campos de cultivo, habitados por la población rural que alimentaba las zonas urbanas. La casa común era una sencilla construcción ovalada o cuadrangular, con muros de madera y techo de palma. Familias o grupos de trabajadores se aglomeraban en conjuntos arquitectónicos que además de habitaciones contaban con almacenes, cocinas, corrales, apiarios, basureros y también pequeños templos.
Tiempos de cambio
Resulta complicado determinar la fecha del declive de los poderosos sistemas políticos mayas de Quintana Roo. Las investigaciones indican que no hubo uno sino muchos colapsos que, si bien no coincidieron en términos cronológicos ni explicativos, al parecer se originaron durante un periodo crítico entre los siglos IX o X.
La fugaz aparición de un gigante
Hacia el siglo IX Chichén Itzá competía con las ciudades aledañas por el control de tierras y recursos. La tensión con Uxmal y Cobá generó guerras y el rompimiento de alianzas. Entonces, los gobernantes de Chichén se unieron con otros grupos mayas, como los chontales, y generaron un nuevo orden regional. Esto les permitió acumular un poder sin precedentes en la península de Yucatán a partir del año 1000.
De regreso al mar
Tras la caída de Chichén Itzá y Mayapán, la península de Yucatán se organizó políticamente en diversas provincias autónomas: las kuchkabalo’ob. Algunas llegaron a ser muy ricas y, hasta cierto punto, poderosas gracias a su control sobre las regiones salineras y los puertos costeros. Tulum, Xcaret (Polé), Xamanhá (Playa del Carmen), Xelhá e Ichpaatún fueron algunos de los puertos más importantes de la época. Las kuchkabalo’ob tenían varias ciudades centrales, encabezadas por un gobernante regional (halach uinik) o un jefe local (batab) que controlaba los territorios con fronteras fluctuantes, en función de las alianzas o enfrentamientos sostenidos entre ellas.
Encuentros
Durante el cuarto viaje de Cristóbal Colón (1502-1504), en una isla cercana al cabo Honduras, tuvo lugar el primer encuentro entre exploradores europeos y mercaderes mayas. Unos años después, en 1511, un barco español que se dirigía a Santo Domingo chocó contra un arrecife al norte de Yucatán y se hundió. Algunos náufragos fueron arrastrados hasta las costas de Quintana Roo donde sólo sobrevivieron dos: Gonzalo Guerrero y Jerónimo de Aguilar.
El redescubrimiento del viejo esplendor
A la fundación del territorio de Quintana Roo en 1902 y al inicio de la explotación del chicle y las maderas finas de sus selvas, le siguieron las primeras excavaciones arqueológicas. En 1916 Sylvanus Morley realizó la primera exploración científica en Tulum, Tancah y Xelhá. A ésta le siguieron investigaciones en Cobá y Cozumel. Samuel K. Lothrop publicó el primer gran estudio arquitectónico de la Costa Oriental en 1923.
Las antiguas ciudades mayas del actual Quintana Roo permanecieron resguardadas por la selva mientras la exploración arqueológica se concentraba en otras regiones. A partir de la década de 1970 la presencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia y el creciente interés de los arqueólogos, así como la construcción de caminos, la creación de poblados y el desarrollo de tecnologías, facilitaron el registro de sitios mayas.
El aprovechamiento del medio ambiente
Los mayas construyeron su concepción del mundo y de la vida a partir de su entorno. Al igual que los primeros pobladores de Quintana Roo, encontraron en el mar una rica fuente de alimentos y materias primas. También descubrieron en él una extraordinaria vía de comunicación, que les permitió llegar a los confines de la península de Yucatán, Centroamérica y, quizá, a zonas más lejanas del Golfo de México.
Los primeros grandes asentamientos en Quintana Roo
Los primeros habitantes del actual Quintana Roo se instalaron en pequeños campamentos que levantaban para buscar alimentos. Diestros en la fabricación y uso de herramientas de piedra, se mantenían, principalmente, de proteínas de origen animal, plantas silvestres, raíces, bayas y tubérculos. La caza, pesca y recolección les permitió familiarizarse con los ciclos vitales de plantas y animales y domesticarlos. En el segundo milenio a.C. ya se cultivaba maíz, cereal que se convertiría en la base de la alimentación de la región, al igual que de toda Mesoamérica.
La consolidación del poderío maya
Después de 300 a.C. los grupos gobernantes mayas fueron conformando casas dinásticas. El poder de los reyes se justificaba con su pertenencia a una familia, iniciada por personajes de origen divino en tiempos remotos. Cada una de las dinastías expandió su dominio a través de guerras y alianzas con las de otras ciudades. Los hechos bélicos, diplomáticos y rituales fueron plasmados sobre estelas, monumentos y edificios. Gracias al desciframiento de la escritura maya, hoy conocemos la vida y hazañas de los antiguos reyes.
El esplendor de las ciudades
Las ciudades mayas se construyeron en terrenos altos con buenos drenajes, rodeados de suelos fértiles y fuentes de agua. Su diseño, vinculado con el orden social y las ideas sobre el universo, consideraba cada aspecto del paisaje urbano como un símbolo cosmológico. Los elementos de la urbe ‒plazas, estelas y templos‒ reproducían el paisaje sagrado primigenio ‒selva, montaña y cueva‒. Los campesinos de los alrededores replicaban a su modo este esquema del universo en los cerros de la selva, cuevas y cenotes.
La casa maya
Los templos y palacios mayas estaban rodeados por grandes extensiones de campos de cultivo, habitados por la población rural que alimentaba las zonas urbanas. La casa común era una sencilla construcción ovalada o cuadrangular, con muros de madera y techo de palma. Familias o grupos de trabajadores se aglomeraban en conjuntos arquitectónicos que además de habitaciones contaban con almacenes, cocinas, corrales, apiarios, basureros y también pequeños templos.
Tiempos de cambio
Resulta complicado determinar la fecha del declive de los poderosos sistemas políticos mayas de Quintana Roo. Las investigaciones indican que no hubo uno sino muchos colapsos que, si bien no coincidieron en términos cronológicos ni explicativos, al parecer se originaron durante un periodo crítico entre los siglos IX o X.
La fugaz aparición de un gigante
Hacia el siglo IX Chichén Itzá competía con las ciudades aledañas por el control de tierras y recursos. La tensión con Uxmal y Cobá generó guerras y el rompimiento de alianzas. Entonces, los gobernantes de Chichén se unieron con otros grupos mayas, como los chontales, y generaron un nuevo orden regional. Esto les permitió acumular un poder sin precedentes en la península de Yucatán a partir del año 1000.
De regreso al mar
Tras la caída de Chichén Itzá y Mayapán, la península de Yucatán se organizó políticamente en diversas provincias autónomas: las kuchkabalo’ob. Algunas llegaron a ser muy ricas y, hasta cierto punto, poderosas gracias a su control sobre las regiones salineras y los puertos costeros. Tulum, Xcaret (Polé), Xamanhá (Playa del Carmen), Xelhá e Ichpaatún fueron algunos de los puertos más importantes de la época. Las kuchkabalo’ob tenían varias ciudades centrales, encabezadas por un gobernante regional (halach uinik) o un jefe local (batab) que controlaba los territorios con fronteras fluctuantes, en función de las alianzas o enfrentamientos sostenidos entre ellas.
Encuentros
Durante el cuarto viaje de Cristóbal Colón (1502-1504), en una isla cercana al cabo Honduras, tuvo lugar el primer encuentro entre exploradores europeos y mercaderes mayas. Unos años después, en 1511, un barco español que se dirigía a Santo Domingo chocó contra un arrecife al norte de Yucatán y se hundió. Algunos náufragos fueron arrastrados hasta las costas de Quintana Roo donde sólo sobrevivieron dos: Gonzalo Guerrero y Jerónimo de Aguilar.
El redescubrimiento del viejo esplendor
A la fundación del territorio de Quintana Roo en 1902 y al inicio de la explotación del chicle y las maderas finas de sus selvas, le siguieron las primeras excavaciones arqueológicas. En 1916 Sylvanus Morley realizó la primera exploración científica en Tulum, Tancah y Xelhá. A ésta le siguieron investigaciones en Cobá y Cozumel. Samuel K. Lothrop publicó el primer gran estudio arquitectónico de la Costa Oriental en 1923.