Sala / Tema
Las huellas de Miguel Hidalgo
Cuando en 1808 se tuvo noticia en Nueva España de la invasión napoleónica a la Península Ibérica y de las abdicaciones al trono español de Carlos IV y Fernando VII, el Ayuntamiento de la ciudad de México recordó la Real Cédula por la cual Nueva España se había unido a la Corona de Castilla, y la promesa de Carlos V de nunca enajenarla o cederla a nación o persona alguna.
Según los miembros del Ayuntamiento, eran inválidas las abdicaciones reales y la cesión del trono a favor de José Bonaparte. De 1809 en adelante se estableció por todo el territorio novohispano, particularmente en El Bajío, una red de juntas secretas, que conspiraron para lograr la autonomía y, más tarde, la independencia de Nueva España.
La guerra emancipadora se puede dividir en cuatro grandes periodos: el de mayor extensión geográfica insurgente, con las tropas de Hidalgo (1810-1811); el de mayor intensidad, con Ignacio López Rayón, José María Morelos y otros jefes (1811-1815); el de decadencia y fragmentación, con jefes como Guadalupe Victoria, Manuel Mier y Terán, Xavier Mina y sus compañeros (1815-1819); y el de consumación, con la unión de insurgentes y realistas en el Ejército Trigarante (o de las Tres Garantías, el primer ejército nacional) encabezado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, y con la adhesión del pueblo al Plan de Iguala y a los Tratados de Córdoba (1821).
Muestra de piezas exhibidas en esta sala