La exposición nos acerca a uno de los aspectos más singulares de la producción artística virreinal, poco conocido: los retratos de religiosas engalanadas con vistosas y complicadas coronas de flores, papel y figurillas de cera, llevando en sus manos palmas floridas y otros objetos de culto, que fueron pintados para recordar el momento de su profesión, su muerte o conmemorar otros acontecimientos importantes de su trayectoria en el convento. Fue presentada también en México en el Museo Nacional del Virreinato.
Photorgaphs
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