Después de la representación de temas religiosos, el retrato fue el género más importante en la pintura novohispana. La mayoría de los personajes considerados como nobles, se encontraban en tres ámbitos fundamentales de la sociedad virreinal: eclesiástico, social e intelectual.
En los retratos es posible ubicar a través de algunos elementos formales la actividad en la que más destacaron los personajes: los religiosos, por ejemplo, eran retratados con vestimentas y elementos que denotaban su ubicación en la jerarquía eclesiástica como las tiras para los obispos, los escritores o intelectuales, posaban a menudo con escribanía cerca de ellos y como fondo una estantería con libros y algunos personajes que destacaron en el ámbito social suelen presentar el escudo de armas de la familia.
Algunos de los novohispanos más destacados de la Nueva España como clérigos, oradores, calificados del Santo Oficio, escritores, virreyes, guardas de caminos y bienhechores, posaron ante los artistas de la época y dejaron plasmadas en los lienzos sus ficciones, la riqueza de sus vestidos, así como la descripción de sus acciones en la sociedad virreinal.
El Museo Nacional del Virreinato presenta en esta exposición una muestra de la importante colección de retratos novohispanos que resguarda.