Después de la derrota en Puente de Calderón y la salida de los caudillos Hidalgo y Allende de Guadalajara rumbo al norte, los insurgentes del centro de México vieron la necesidad de reorganizar el movimiento. Con el esfuerzo de Ignacio López Rayón, los derrotados rebeldes pudieron reagruparse y marchar a Zacatecas, para luego buscar la frontera con Estados Unidos. En Saltillo se decidió que Ignacio López Rayón fuera el jefe de las fuerzas insurgentes, compuestas por tres mil hombres y veintidós cañones.
Unos días después de la aprehensión en Acatita de Baján, López Rayón partió rumbo a Michoacán, luego de varios enfrentamientos y persecuciones. Junto con Benedicto López asentó su cuartel general en Zitácuaro; ambos y José María Liceaga establecieron una Suprema Junta con el fin de que organizara las fuerzas dispersas en guerrillas regionales y les diera un rumbo político claro.
Se convocó a los rebeldes de todos los rumbos y el 19 de agosto –menos de tres semanas después del fusilamiento de Hidalgo– se constituyó la Suprema Junta Nacional Americana bajo la presidencia de López Rayón y con José Sixto Verduzco y José María Liceaga como vocales.