Las muestra estuvo conformada por 219 imágenes captadas de 1910 a 1920 procedentes de la Fototeca Nacional del INAH. Se planteó una reflexión visual testimonial de los seres anónimos a quienes les tocó vivir y padecer éste que fue el primer alzamiento social del siglo XX. La sede de esta exposición fue el Museo Regional de Nuevo León, El Obispado.

Se propuso que esta exposición también revelara el papel de juez y parte, que los fotógrafos jugaron durante la gesta civil. El principal interés del curador fue contar la Revolución por medio de fotografías, donde se rescató la experiencia de la vida cotidiana y una visión de cómo se puede representar ese momento histórico si recurrir a los retratos de los caudillos.