Templo Mayor
En época prehispánica los animales tenían un lugar muy especial dentro de la cosmovisión y eran una parte fundamental en la vida del hombre. Más que ser apreciados únicamente por su belleza, ser considerados como curiosidades para tener en cautiverio o como recursos alimenticios y materias primas, poseían una complejidad y una riqueza simbólica inigualable. Esta importancia se ve reflejada en las abundantes referencias que existen, tanto en los códices como en el registro arqueológico. La recurrente presencia de los animales, ya sea de los propios ejemplares o de sus representaciones, nos remite a la estrecha relación del hombre y su ambiente, a la existencia de un conocimiento anatómico riguroso, de un estudio de los ciclos naturales, del manejo de diversas técnicas de manufactura y, en muchos casos, nos da noticia del comercio a larga distancia y de la relación entre los pueblos.