Muestra la idea que los huastecos tenían sobre el origen del mundo, el hombre y la manera como está ordenado el universo, es decir, su cosmovisión. En la tradición huasteca se creía que en medio de la nada los dioses tomaron un gran pez-lagarto, Dhipaak en lengua teenek, y lo partieron en dos mitades, una de ellas formó el cielo y la otra la tierra. En esta sala el visitante podrá ver la esquematización de los rumbos huastecos:
1) Tzaylelquil, el norte asociado con la muerte y con el color negro, con lo árido y con lo frío.
2) Quahtalqui, el rumbo sur asociado con el color azul, lugar de la abundancia.
3) Elelqui, rumbo este que se asociaba al color rojo, al sol naciente y por tanto al lado masculino del universo.
4) Ozalqui, el rumbo oeste, relacionado con el color blanco, el lado femenino del universo asociado al ocaso.
En esta sala se exhibe cuatro paneles pintados con los colores que representan cada rumbo; al centro una columna decorada en color verde representa el eje principal.