Esta obra fue donada al museo por el propio autor; en ella se observa una de sus ya famosas representaciones de volcanes. Para su elaboración el artista empleó una técnica pictórica de su propia invención, el “Atl-Color”, que consistía en el uso de tizas de colores elaboradas a base de resina, cera y petróleo; las cuales, además de transportarse fácilmente, podían combinarse con otros materiales y utilizarse prácticamente en cualquier superficie.