La sibila Délfica vivió en Delfos. Generalmente sostiene una corona de espinas, (1) haciendo alusión a sus profecías dedicadas especialmente a la pasión de Cristo. (2) En esta obra el personaje tiene en su mano un cáliz, arma cristológica relacionada con la escena que aparece representada en la cartela "La oración del huerto". En dicha escena Cristo aparece arrodillado, mientras que un grupo de apóstoles yacen dormidos, cumpliendo con el pasaje bíblico: "Entonces vino Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo: Sentaos aquí mientras yo voy a orar. Y tomando a Pedro y a los dos hijos del Zebeldeo comenzó a entristecerse y a angustiarse... Y adelantándose un poco se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como quieres tú" (San Mateo XXI,36-39). Al igual que el resto de las sibilas de esta serie, aparece ricamente ataviada, tocada con un velo de color verde y con muchas joyas, calzando zapatillas romanas de las utilizadas en el siglo I d.C.; como las otras, la leyenda de la cartela también parece haber sido agregada posteriormente. La oración del huerto no está incluida dentro de las profecías tradicionales de las sibilas. el hecho de que sea un tema de la pasión nos permite identificar a esta sibila tanto con la Délfica como con la Tiburtina.

1. Emile Male, El arte religioso,p. 121.2. Santiago Sebastián, El barroco iberoamericano, p. 286.