Se inicia con la escena de Antonio López de Santa Anna rodeado de las circunstancias que lo caracterizaron como dictador; en la escena sucesiva se ve a Don Juan Álvarez, acompañado por Florencio Villareal, Ignacio Comonfort e Ignacio Altamirano, que muestra el Plan de Ayutla y dirige así la revolución en contra de la dictadura, apoyando al pueblo representado por un indio y una masa con sombreros, machetes y armas, sucedidos por Benito Juárez y la continuidad en la lucha a favor del liberalismo. Al centro Cuauhtémoc, símbolo de la raza mexicana y de la lucha contra la opresión. En la siguiente escena aparecen los gobernadores porfiristas de Guerrero, y revolucionarios guerrerenses que observan la imagen de Francisco I. Madero en alusión al inicio de una nueva revolución, a espaldas aparece Venustiano Carranza y, esbozados, los rostros de Emiliano Zapata y Lázaro Cárdenas, que compartían el ideal del reparto agrario, representado en el mural por el general Baltazar R. Leyva Mancilla, que sostiene el plano de repartición de tierras. Finalmente se expone el presente y futuro de la nación idealizando un clima de paz, estudio y progreso tecnológico.