Piece
Santísima Trinidad antropomorfa
Las obras de arte representan ideas y en ocasiones se expresan a través de símbolos, tal como sucede con la pintura novohispana. Los artistas del barroco tuvieron a su cargo la tarea de plasmar y dar forma a las aspiraciones estéticas de una sociedad cuya concepción del mundo y de la vida giraba en torno a la religión católica.
Dentro de la iconografía religiosa, destacan de manera especial, por su abundancia, las representaciones de la Santísima Trinidad, ya que se refieren al dogma fundamental del cristianismo, al misterio de Dios uno y trino, esto es, que en Dios hay tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
En la Nueva España, durante los siglos XVIII y principios del XIX, fue común mostrar a la Santísima Trinidad con tres personas iguales. Por el hecho de representar al Espíritu Santo con forma humana, en lugar de plasmarlo con la paloma simbólica, a estas imágenes se les conoce como antropomorfas. Los símbolos del pecho de cada figura los identifican como Hijo (cordero), Padre (ojo de la providencia) y Espíritu Santo (paloma). El Hijo exhibe sus llagas.
Dentro de la iconografía religiosa, destacan de manera especial, por su abundancia, las representaciones de la Santísima Trinidad, ya que se refieren al dogma fundamental del cristianismo, al misterio de Dios uno y trino, esto es, que en Dios hay tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
En la Nueva España, durante los siglos XVIII y principios del XIX, fue común mostrar a la Santísima Trinidad con tres personas iguales. Por el hecho de representar al Espíritu Santo con forma humana, en lugar de plasmarlo con la paloma simbólica, a estas imágenes se les conoce como antropomorfas. Los símbolos del pecho de cada figura los identifican como Hijo (cordero), Padre (ojo de la providencia) y Espíritu Santo (paloma). El Hijo exhibe sus llagas.
Anónimo
Óleo sobre tela