Piece
La Santísima Trinidad y los siete arcángeles
Óleo sobre tela
En esta pintura el Espíritu Santo está representado de forma antropomorfa, ya que aparece como un hombre joven, vestido con una túnica roja (iconografía muy popular durante el siglo XVIII). Se aprecia también, como una característica especial, el traje papal que porta Dios Padre. La desproporción entre el plano angelical y el divino, le confieren un candor cercano e ingenuo.