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Egipto faraónico

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Hacia el tercer milenio a.C., en el noreste de África nació una de las más grandes culturas de la antigüedad: el Egipto faraónico. Los egipcios se hacían llamar los habitantes de kemet la “tierra negra”. Kemet era el nombre que recibía el territorio que flanqueaba el río Nilo, desde la primera catarata hasta el delta que desembocaba en el mar Mediterráneo, fertilizado por el limo oscuro que el río depositaba cada año cuando se desbordaba.

Para esta cultura agrícola y ganadera, las crecidas anuales del Nilo significaron el éxito de las cosechas. Su estrecha relación con la naturaleza y la profunda observación de sus ciclos –día y noche, inundación y sequía, vida y muerte– permitieron la creación de un calendario de 365 días, una cosmovisión rica en mitos y dioses y la concepción de la muerte como el final de una vida efímera y el comienzo de una vida eterna “en otra tierra”. El Egipto faraónico se desarrolló a lo largo de más tres mil años como un Estado teocrático. En el 30 a.C., tras la muerte de la reina Cleopatra VII, se convirtió en una provincia del Imperio romano, comenzando un nuevo periodo de su historia. Estos sucesos, lejos de destruir el gran legado egipcio, le permitieron rebasar sus fronteras geográficas y temporales.

Las características geográficas de Egipto explican en gran parte su estructura política, administrativa, social y religiosa durante la época faraónica. Situado en la encrucijada de tres continentes, recibió diversas aportaciones étnicas y culturales. La civilización del antiguo Egipto pertenece al grupo de las primeras altas culturas de la humanidad. Se desarrolló durante unos 3,000 años sin sufrir cambios básicos, constituyó la organización política más estable de la antigüedad y alcanzó un desenvolvimiento material e intelectual que anticipa en muchos aspectos a la civilización moderna. A partir del segundo milenio antes de nuestra era, Egipto influyó en una amplia zona del Mediterráneo oriental. 

Hábitat 

Egipto se divide en dos grandes zonas: el Alto y el Bajo Egipto. Al primero lo constituye el valle del Nilo y geográficamente está unido a Nubia y a Sudán. El segundo corresponde al delta del Nilo y pertenece al ámbito mediterráneo. 

El clima y las condiciones del medio ambiente no han cambiado. El clima está regulado por la influencia de la inmediata vecindad del desierto; hay gran regularidad atmosférica. El aire es seco, claro y luminoso. En el Alto Egipto casi no llueve, y en el Bajo Egipto hay lluvias entre noviembre y marzo; la precipitación anual en todo el país no pasa de 40 milímetros. 

El río Nilo es la base de la vida egipcia. Es el río más largo del mundo, con unos 6,677 km; en Khartum se une con el Nilo Azul que viene de Etiopía. A unos 150 km del mar Mediterráneo, el río Nilo se bifurca, formando un delta con dos brazos principales, el de Rosetta y el de Damietta, y varios brazos secundarios que desembocan en el mar. El caudal de sus aguas hizo posible la agricultura, era el más importante medio de comunicación y transporte, proveía de agua potable a la población, permitía la sobrevivencia de la vegetación y la fauna y brindaba una pesca abundante. 

El antiguo Egipto no poseía bosques; aparecían grupos de acacias, mimosas, arbustos y palmeras. El árbol típico era el sicomoro, y la datilera era muy apreciada. Había una abundante flora acuática en canales, estanques y charcos dejados por la inundación; así, el papiro se desarrolló en el delta del Nilo y llegó a ser el símbolo del Bajo Egipto, mientras el nenúfar o loto, en sus variedades blanco y azul, constituyó el símbolo del Alto Egipto. 

En el Nilo abundaban cocodrilos e hipopótamos, pero fueron muy perseguidos y los sobrevivientes se refugiaron en los pantanos del delta. En los bordes del desierto habitaban panteras, avestruces, asnos salvajes, antílopes, gacelas, ibis, cabras, chacales, liebres, lobos, 

hienas, leopardos, puerco espines, etcétera. Había cigüeñas, buitres, águilas, halcones, gavilanes, palomas, lechuzas y perdices, y en los brazos, canales y lagunas del delta abundaban los peces y las aves acuáticas. 

Los habitantes 

La población de Egipto aparece muy mezclada. Al parecer, llegaron grupos camitas a través de Libia, semitas procedentes de Asia y nubios de Nubia y Sudán. Con el tiempo se creó un tipo bastante homogéneo que constituyó al pueblo egipcio. 

El egipcio tenía cráneo redondeado o ligeramente alargado, rostro un tanto oval, ojos negro-s ~ brillantes y cabello negro; era más bien alto, esbelto y musculoso. Las mujeres eran esbeltas, se preocupaban mucho por su apariencia y sabían utilizar todo tipo ce perfumes, cosméticos y ungüentos. 

Desarrollo cultural histórico 

Prehistoria 

En las terrazas lacustres del Valle del Nilo se han encontrado restos de campamentos temporales del Paleolítico. El Mesolítico va unido a un cambio climático, la temperatura asciende, se forma el desierto de Libia y el río Nilo se va regularizando, lo que crea condiciones favorables para el establecimiento de una población sedentaria y agrícola que va a desarrollarse durante el Neolítico. Las culturas de Merimde y el Fayum se presentan en el Bajo Egipto, en tanto que en el Alto Egipto, un poco posterior, se encuentra la cultura tasiense. El Neolítico se caracteriza por una población sedentaria que aprovecha la agricultura, posee animales domésticos y cono-- z cerámica y la piedra pulimentada. 

En el Calcolítico tiene lugar la revolución urbana, cambio que da paso a la alta cultura o civilización, con una nueva estructura económico-social: la ciudad. Aparece una serie de rasgos que en su conjunto caracterizan a una alta cultura: urbanismo, religión organizada con base en el sacerdocio y los centros religiosos, gobiernos con instituciones y códigos, agricultura intensiva con irrigación, comercio extensivo y desarrollo general del arte. 

Se puede hablar de un periodo predinástico en el que florecen varias culturas, las cuales serán la base de la cultura egipcia que se desenvuelve a lo largo de unos 3,000 años: badariense, arnratiense y gerziense en el Alto Egipto, y maadiense en el Bajo Egipto. Hacia fines de dicho periodo predomina en el país un gerziense tardío, y Egipto aparece dividido en dos reinos: el Alto y el Bajo Egipto; su unión da origen a la época dinástica. 

Época Dinástica

Período Dinástico Antiguo, 2850-2650 a.C. 

Los tiempos históricos comienzan en Egipto con la unificación M país. Se logra el equilibrio y la fusión de las poblaciones. Es un periodo de organización que sienta las bases del gran desarrollo económico, cultural y político de Egipto. 

Imperio Antiguo 2650-2230 a.C. 

Es un periodo en el cual se obtiene un gran avance en muchos aspectos: los faraones concentran el poder y son considerados dioses vivientes; el país goza de gran prosperidad, se desarrolla la arquitectura en piedra y se levantan las grandes pirámides, entre ellas las de Gizeh. 

Primer Periodo lntermedio, 2230-2052 a.C. 

Ocurren sublevaciones y verdaderas guerras civiles. El trono es ocupado por una larga serie de faraones que gobiernan brevemente y cuyo poderes a menudo nominal. 

Imperio Medio, 2052-1778 a. C. 

Una serie de faraones, administradores, logra restaurar la unidad y la disciplina del país. El centro del gobierno se establece en Tebas y en Lisht. Es un periodo brillante con equilibrio social. 

Segundo Periodo Intermedio, 1778-1570 a.C. 

Al debilitarse el poder real, numerosos reyes ocupan el trono por breves periodos, abundan las usurpaciones y las luchas por el poder. A fines del siglo XVIII es invadido por los hicsos. 

Imperio Nuevo, 11570- 1085 a.C. 

La expulsión de los hicsos marca el inicio de un periodo de esplendor. Es el punto culminante de la riqueza y la gloria militar. Se consigue la máxima expansión territorial y se extienden los límites de la influencia egipcia. Las artes y la ciencia alcanzan un alto nivel. La gran creación arquitectónica del Imperio Nuevo es el templo; Egipto se llena de suntuosas construcciones, entre las que destacan Karnak y Luxor. 

Tercer Periodo Intermedio, 1085-715 a.C. 

Esta lleno de luchas civiles; en cierto momento coexisten dos casas reinantes y hay faraones de origen extranjero. 

Periodo Tardío, 715-332 a.C. 

Hacia el 670 a.C., los asirios controlan Egipto; Tebas es destruida y saqueada. Luego destaca la dinastía XXVI que, situada en el delta, logra nuevo esplendor; el nombre de Egipto vuelve a ser respetado y florecen las artes y la cultura. Sigue un periodo de dominio persa y algunas dinastías locales; luego retorna el control del imperio persa, 

Período Macedónico, 332-322 a.C. 

Alejandro Magno conquista Egipto y funda Alejandría, una de las más importantes ciudades helenísticas. 

Período Ptolemaico, 322-30 a.C

Los reyes de la dinastía ptolemaica consiguen que el pueblo los vea como legítimos sucesores de los faraones. El centro político y cultural es Alejandría; sin embargo, la arquitectura egipcia vive un momento de auge. 

Economía 

Estaba constituida básicamente por la agricultura, con el trigo como principal cultivo, el lino se empleaba en las vestimentas y en las envolturas de las momias. Se cultivaban, además, cebada, sorgo, centeno, garbanzo, haba, lenteja, palma datilera, plantas oleaginosas y forrajeras, abundantes hortalizas y frutas. A partir del Imperio Nuevo se cultivó el olivo, de cuyo fruto extraían aceite. 

Tenían como animales domésticos bueyes, vacas, ovejas, asnos, cerdos, gansos y patos; el caballo se conoció a partir de la llegada de los hicsos y sólo se empleó para el tiro de los carros de guerra. 

Organización política y social 

El control del Nilo y el sistema de irrigación por canales requirió un gobierno central bien organizado. La monarquía llegó a ser la fuerza que daba estabilidad y solidez a la civilización egipcia: en general, los periodos de prosperidad estaban unidos a dinastías poderosas, en tanto que las etapas de caos y anarquía correspondieron a dinastías débiles. 

Durante el Dinástico Antiguo y el Imperio Antiguo, los faraones eran considerados dioses vivientes, intermediarios entre la población y los dioses y seguían protegiendo a su pueblo después de muertos. A partir del Primer Periodo Intermedio el faraón ya no es una divinidad viviente sino el hijo del dios o su representante. Durante el Imperio Medio, los faraones, hijos de Amón-Ra, actúan como funcionarios que se interesan en la prosperidad, la seguridad y el orden, normas que continúan en el Imperio Nuevo, a partir del cual se hace sentir la influencia de sacerdotes y militares. 

Los esclavos eran prisioneros de guerra. Su número en manos de particulares nunca fue muy grande, y la base económica no dependió nunca de una masa esclava. 

La familia era una institución vigorosa; el pueblo era monógamo, aunque el faraón y los nobles acostumbraban tener varias esposas. Una familia numerosa era considerada la bendición de los dioses. La mujer se casaba muy joven, no había ceremonia especial para el matrimonio, pues bastaba trasladar a la novia de la casa paterna a la del novio y redactar un contrato matrimonial. En el Antiguo Egipto, la situación de la mujer era muy elevada, algo excepcional para esa época 

en el Cercano y Medio Oriente; tenía una posición de igualdad respecto al esposo y poseía libertad y plenitud de derechos. Podía adquirir bienes y disponer libremente de ellos, así como firmar contratos con capacidad jurídica. En caso de divorcio injustificado, recibía una serie de compensaciones materiales. 

 

Religión 

La religión era politeísta y tuvo un papel de primera importancia; influía en casi todos los aspectos de la vida. Había gran cantidad de dioses, la mayoría de ellos locales y sólo un pequeño número eran dioses nacionales. 

El universo se presentaba a los egipcios como la manifestación de una serie de deidades más o menos personificadas. Al principio, la religión se basó en el culto a las fuerzas naturales; luego aparecieron las diosas madres, conectadas con la fertilidad de la tierra; después cada provincia contó con un dios local y aparecieron las familias de dioses. 

La flexibilidad de la religión se manifestó en la formación de varias escuelas teológicas que explicaban el origen del mundo y del hombre; la importancia de los dioses, su genealogía y aun su familia cambiaron en ocasiones a través de la historia. Los dioses supremos fueron siempre deidades solares. De acuerdo con la teología heliopolitana, el dios creador es Atum-Ra. Dioses nacionales fueron sucesivamente Horus, Ra y Amón-Ra. 

Algunas de las deidades más importantes fueron Amón, dios nacional a partir del Imperio Medio; se identificó con Ra y formó Amón-Ra. Anubis, dios protector del embalsamamiento. Bastet diosa protectora de las futuras madres. Hathor, diosa del firmamento. Horus, dios solar hijo de Osiris e Isis Isis, señora del cielo, esposa de Osiris. Maat, diosa de la verdad. Neftis, diosa protectora de los difuntos. Osiris, señor del mundo de ultratumba. Ptah, dios creador. Ra, dios solar. Sekhmet, diosa de la guerra. Seth, personificación del desierto y el mal. Thot dios lunar escriba de los dioses 

Los dioses se identificaron con los símbolos de las comunidades en las cuales surgieron, los cuales eran a menudo zoomorfos, de ahí que la apariencia de muchos dioses fuese cuerpo humano y cabeza de animal, o totalmente animal; el dios aparece representado por el animal relacionado con él y en el cual puede a veces encarnar. No hubo, pues, un culto zoolátrico. 

Usos funerarios 

Un aspecto de la cultura y la religión del antiguo Egipto era la firme creencia en la vida de ultratumba. La muerte no era más que la transición a un nuevo modo de vivir. Se creía que la personalidad estaba formada por cuatro elementos, dos materiales -el cuerpo y la sombra- y dos espirituales -el ka y el ba. 

El culto funerario aseguraba la supervivencia del ba, manteniendo su unión con el ka; como el ba estaba ligado al cuerpo, no se concebía la supervivencia sin una base física; además, el cuerpo 

era el lazo entre el más allá y este mundo, de ahí la importancia de conservarlo mediante el embalsamamiento. 

La preocupación de todo aquel que disponía de medios era el prepararse una tumba, es decir, su morada de eternidad. 

El proceso de momificación alcanzó su apogeo durante el Imperio Nuevo. Había tres tipos de momificación, de acuerdo con los recursos de la familia del difunto. En el más costoso se extraía el cerebro, así como el hígado, el estómago, los pulmones y los intestinos. El cuerpo era sometido a un proceso de desecamiento a base de natrón (carbonato sódico), se le rellenaba con especias, era maquillado, vendado, colocado en un sarcófago y conducido a su tumba; en ésta, un sacerdote reanimaba mágicamente a la momia a fin de restaurarle sus facultades, se reanimaban las pinturas y relieves para que el difunto disfrutase de todo lo que había poseído en vida. Con el mismo fin se le proveía de un ajuar funerario adecuado. 

A partir del Imperio Medio era necesario, además del ritual prescrito, que el difunto quedase justificado en el juicio ante Osiris y 42 jueces. La pirámide fue la tumba real durante los imperios Antiguo y Medio. Para el Imperio Nuevo, las tumbas reales se excavaban en rocas del Valle de los Reyes. 

El arte 

El arte del antiguo Egipto está consagrado principalmente a una serie de finalidades mágicas, funerarias y religiosas. Es un arte cortesano, concebido para la eternidad. Se caracteriza por un sentido de monumentalidad, majestuosidad, solemnidad y sobriedad. Se logra un equilibrio entre lo humano y lo divino. Es la fusión de lo cotidiano y lo eterno. 

La obra del artista egipcio está regida por un estricto sistema de normas y convencional ismos. La belleza no es un fin en sí, sino un medio. En la arquitectura sobresalen templos y tumbas, el primero es la casa del dios, el lugar donde él se materializa, y la segunda es la casa para la eternidad; por ello tumbas y templos se construyen en piedra, material perenne. 

La arquitectura es eminentemente simbólica; hay gran identificación y armonía entre las formas de las construcciones y el paisaje de Egipto. Su gran aportación arquitectónica es la pirámide. Las más importantes son las de Gizeh, levantadas en la época en que los faraones eran dioses vivientes; guardan su sueño eterno y representan un trono solar, el lazo de unión del cielo con la tierra y el poderío del faraón. En el Imperio Nuevo se levantan magníficos templos, como los de Karnak y Luxor. 

La escultura debe reemplazar a la momia en caso de que ésta sea dañada; retrata al original con la mayor dignidad, en la plenitud de fuerza y belleza. En general, rige la ley de la frontalidad. 

El relieve y la pintura representan los elementos básicos de una persona u objeto, así se explica que la figura humana tenga la cabeza de perfil y el ojo de frente, la mitad superior del cuerpo de frente y piernas y brazos de perfil: es la síntesis del cuerpo humano a través de sus elementos 

vistos desde diferentes ángulos; ello es necesario para una reanimación mágica que recree el hábitat del difunto. 

La joyería y otras artes menores logran un espléndido florecimiento; es notable la maestría desplegada en la estilización. 

Conocimientos 

Los egipcios lograron reunir un gran número de conocimientos empíricos que conducían a una aplicación utilitaria. La astronomía estaba ligada al aspecto calendárico. Emplearon el año nilótico; e1 solar con 365 días; el lunar y un ciclo sótico, basado en Sirio, con una duración de 1460 años., En el campo matemático utilizaron un sistema decimal con signos para la unidad y para cada potencia de diez hasta el millón, aunque no conocieron el cero. La geometría permitía hacer mediciones y determinar superficies, alturas, bases y volúmenes. La medicina egipcia fue considerada la más importante de la antigüedad en el Cercano y Medio Oriente. Se mezclaron estrechamente la magia, la religión y la medicina. Los médicos tuvieron conocimientos anatómicos, emplearon un anestésico de aplicación local y destacaron en cirugía, oftalmología, ginecología y tratamiento de fracturas, heridas y traumatismos. En el campo arquitectónico usaron planos y maquetas, tuvieron sistemas de drenaje e iluminación natural; desarrollaron construcciones con piedras de varias toneladas de peso y aplicaron cámaras de descarga. La trilogía del escriba estaba formada por el papiro, el cálamo o pluma de caña y la tinta de origen vegetal. La escritura jeroglífica fue en un principio pictográfica y luego se transformó en ideográfico-fonética. Más tarde surgieron el hierático y el demótico, simplificaciones del jeroglífico. 

Fueron los creadores de inventos técnicos, sencillos pero de gran importancia: el shacluf o aparato para irrigación manual, el reloj de agua y los fuelles para la fundición del cobre. 

CUADRO CRONOLÓGICO 

Periodos 

Neolítico (5000-4000 a.C.) Agricultura. Animales domésticos. Cerámica. 

Piedra pulida 

Calcolítico (4000-3000 a.C.) Metalurgia. Culturas Predinásticas 

Dinástico Antiguo (3000 o 2850-2650 a.C.) Dinastías I y II. Unificación y Organización 

Imperio Antiguo (2650-2230 a.C) Dinastías III a VI. Centralización. Prosperidad. Pirámides de Gizeh 

Primer Periodo Intermedio (2230-2052 a.C.) Dinastías VII a X. Feudalismo y anarquía 

Imperio Medio (2052-1778 a.C.) Dinastías XI y XII. Restauración de la unidad. Florecimiento. 

Segundo Periodo Intermedio (1778-1570 a.C.) Dinastías XIII a XVII. Anarquía. Invasión de los hicsos 

Imperio Nuevo (1570-1085 a.C.) Dinastías XVIII a XX. Apogeo. Máxima expansión. Prosperidad. Desarrollo cultural 

Tercer Periodo Intermedio (1085-715 a.C.) Dinastías XXI a XXIV. Declinación 

Periodo Tardío (715-332 a.C.) Dinastías XXV a XXX. Dinastías XXVI (Saita). Renacimiento. Dominio persa (341-332 a.C.). 

Periodo Macedónico (332-322 a.C.) Conquista de Alejandro Magno 

Periodo Ptolemaico (322-30 a.C.) Dinastía de los Lágidas o Ptolomeos. Conquista romana (30 a.C.). 

 

Bibliografía 

BAINES, John y Jaromir Malek (1993). Egipto: Dioses, templos y faraones, 2 vols. Barcelona: Folio. (Atlas Culturales del Mundo).

DESROCHES-NOBLECOURT, Christiane (1987). Historia ilustrada de las formas artísticas, vol. 2: Egipto. Madrid: Alianza.

EGGEBRECHT, Arne, y otros (1984). El antiguo Egipto. Barcelona: Plaza y Janés.

ERGIX, Rosa (1999). El Antiguo Egipto. Madrid: Grupo Anaya (Biblioteca Básica: Historia).

RACHELWITZ, Boris de (1991). Los antiguos egipcios. Barcelona: Plaza y Janés.

ROMER, John (1984). Los últimos secretos del Valle de los Reyes. Barcelona: Planeta.

VANDENBERG, Philipp (1989). Ramsés el Grande. Buenos Aires: Javier Vergara.

VERCOUTTER, Jean (1989). Egipto: tras las huellas de los faraones. Barcelona: Aguilar Universal.

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