El año 1813 fue de gran trascendencia para la revolución insurgente, pues logró formar un congreso integrado por representantes de diferentes provincias. En Chilpancingo, el 14 de septiembre de ese año, inauguró sus sesiones con la lectura de los Sentimientos de la Nación, documento que reitera la independencia, la soberanía popular, la división de poderes para el nuevo Estado y las reivindicaciones sociales enarboladas desde 1810. Asimismo, establece el modelo republicano, abandonando de esa manera el monárquico.
Con esos lineamientos políticos y sociales, el Congreso aprobó redactar una Constitución, tarea que fue asignada a varios de sus miembros. De cara al mundo se firmó, el 6 de noviembre, el Acta de Independencia, mediante la cual se eliminaba rotundamente el ente jurídico de la Nueva España y en consecuencia nacía el Estado mexicano.