Con toda probabilidad esta fue la habitación del padre de familia, ya que desde aquí se domina el patio central, el portón de acceso y la escalera principal de la residencia. Como en las otras recámaras, el mobiliario se limitaba a lo esencial.
La cama, sencilla o suntuosa, habitualmente tenía un cielo de tela a manera de dosel complementado con cortinajes sostenidos por cuatro pilares de madera. Desde finales del siglo XVII el biombo de cama se convirtió en un elemento imprescindible de este espacio, y ya para el siglo XVIII las cómodas y armarios habían sustituido a las cajas y a las petacas de camino.
Es posible que a la muerte de don Domingo Narciso de Allende, el 24 de febrero de 1787, el lugar haya sido ocupado, primero, por los hermanos mayores y después, por Ignacio de Allende.