Pieza
Alegoría de la crucifixión
Anónimo
Siglo XVIII
Óleo sobre tela


Alto: 63 cm
Ancho: 49 cm

Alegoría de la crucifixión
INAH-Museo Nacional del Virreinato

Una fuente muy frecuente de meditación durante la época colonial fueron los libros de oración y meditación, de los cuales se aprovechan los pasajes de la Pasión de Cristo para meditar durante los respectivos tiempos litúrgicos. El místico fray Luis de Granada hizo la siguiente reflexión: "Dada pues ya y promulgada la sentencia cruel, añaden los enemigos una crueldad a otra, que fue cargar sobre aquellas espaldas tan dolidas y despedazadas con los azotes el madero de la cruz... en la cual iban todos nuestros pecados... temblando las rodillas, inclinado el cuerpo, los ojos mesurados, el rostro sangriento..." (1) En esta obra el artista muestra a Cristo con su cruz a cuestas, caminando sobre un gran número de cruces que llevan pequeñas filacterias. Cada una de ellas representa un sufrimiento como el ayuno, el destierro, la tristeza, la austeridad y la lujuria entre otros. De entre todas ellas se destacan dos, la de la penitencia por ser una cruz gruesa y con nudos, y la que dice "trabados de espíritu", por su gran tamaño a la vez que ensambla con la de Jesús. Es innegable que en esta obra de factura popular, se da el mensaje de que en el Cielo, la recompensa será el trono que Dios les tiene preparado a los justos y a todos los que sigan las enseñanzas de su Hijo, una vez que se transite por el camino de la cruz de Cristo como se inscribe en la misma obra.

(1) Luis de Granada, Libro de la oración y meditación, en el cual se trata de la consideración de los principales misterios de nuestra fe, y de las partes y doctrina para la oración, pp. 372-383.

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